La línea es el elemento básico de toda gráfica, representa la forma de expresión más sencilla y pura, pero también la más dinámica y variada. Una línea divide o circunda un área, si se encuentra en el borde de una forma. Expresa separación, permitiendo al diseñador usarla como elemento delimitador de niveles y de áreas en la composición.
En cuanto a las propiedades de una línea, estas están definidas por su grosor, longitud, orientación, ubicación, color y forma, pudiendo verse afectada también por el número de líneas existentes, y su proximidad u orientación entre ellas.
En lo que respecta al diseño, el concepto de línea se emplea a menudo como sinónimo de estilo. Aplicado en la moda, puede expresarse por medios tan evidentes como un contraste de color o tan sutiles como pespunteados, cortes y costuras de todo tipo, cinturones, bolsillos, pliegues, frunces o dibujos. El borde de una chaqueta o la basta de una falda son ejemplos de líneas horizontales presentes en la vestimenta.
Siguiendo el concepto anteriormente dado, todo diseño es una estructura de líneas y formas cuidadosamente concebida bajo ciertos criterios de proporción, equilibrio y buen gusto. Debido a ello, es importante saber el efecto que produce una línea en una determinada persona, ya que esto será trascendental a la hora de decidir su traje.
De acuerdo con el ideal moderno de belleza la clave para favorecer toda figura es la ilusión de altura, la que puede conseguirse con la correcta utilización de las líneas.
Como regla general, una línea vertical siempre adelgaza porque lleva la vista hacia arriba, dando la sensación de mayor altura. Sin embargo, cuando estas líneas verticales se repiten a intervalos regulares a lo ancho de toda la prenda la ilusión de longitud se diluye debido a que la vista del observador debe también desplazarse lateralmente para seguir la sucesión. Faldas plisadas, tableadas, doble hilera de botones, son algunos ejemplos de líneas verticales en el vestuario.
La línea horizontal engorda y ensancha en especial cuando se emplean de a pares, debido a que lleva la vista de un lado a otro del cuerpo. Sin embargo una sola colocada por encima o por debajo de la cintura tiende a estilizar la figura. El corte imperio es un buen ejemplo de ello, ya que tiende a alargar el tronco y por ende a estilizar la figura, si a esto le sumamos cortes verticales el efecto será aún mayor.
Es importante tener cuidado a quien va dirigido ya que si a esta línea horizontal le agregamos además un contraste de color salta a la vista y resalta aun más produciendo un efecto más pronunciado de amplitud, por lo que se recomienda evitar en las partes menos agraciadas. Una mujer de caderas anchas debe evitar el contraste en esa zona. Una de busto amplio no debe utilizar poleras con rayas horizontales múltiples y una de tipo bajo no debe acortar su estatura con líneas que dividan el cuerpo en dos.
Ciertas líneas horizontales son más o menos inevitables, el borde inferior de una blusa, pretinas y bastas producen líneas horizontales. Para desviar la atención de una línea horizontal caben diversos recursos, como equilibrar el efecto de esta con una línea vertical o utilizándola acompañada de una diagonal o curva.
Con respecto a ello, el efecto modificador de una línea diagonal u oblicua depende principalmente de la inclinación y longitud que tenga. Con poca longitud tiende a dirigir la atención de un lado a otro de la prenda dando un mayor volumen, mientras que en una diagonal prolongada, la mirada se desplaza como en una vertical lo que contribuye a aumentar la altura.
Por último, la curva es la línea más libre y dinámica de todas, puede estar perfectamente definida o ser absolutamente desordenada, independiente de su utilidad, visualmente cumple la misma función ilusoria que producen las líneas rectas aunque de forma más suave. Por otra parte contribuyen también a realzar las curvas femeninas, haciéndolas parecer más definidas. Con frecuencia una línea recta que podría resultar poco favorecedora para alguien, produce el efecto contrario convertida en curva, es así como un corte curvo en el delantero de una blusa o vestido acentuaría las formas de una persona poco voluptuosa produciendo una sensación más armónica que si utilizáramos sólo líneas horizontales o verticales.
En cuanto a las propiedades de una línea, estas están definidas por su grosor, longitud, orientación, ubicación, color y forma, pudiendo verse afectada también por el número de líneas existentes, y su proximidad u orientación entre ellas.
En lo que respecta al diseño, el concepto de línea se emplea a menudo como sinónimo de estilo. Aplicado en la moda, puede expresarse por medios tan evidentes como un contraste de color o tan sutiles como pespunteados, cortes y costuras de todo tipo, cinturones, bolsillos, pliegues, frunces o dibujos. El borde de una chaqueta o la basta de una falda son ejemplos de líneas horizontales presentes en la vestimenta.
Siguiendo el concepto anteriormente dado, todo diseño es una estructura de líneas y formas cuidadosamente concebida bajo ciertos criterios de proporción, equilibrio y buen gusto. Debido a ello, es importante saber el efecto que produce una línea en una determinada persona, ya que esto será trascendental a la hora de decidir su traje.
De acuerdo con el ideal moderno de belleza la clave para favorecer toda figura es la ilusión de altura, la que puede conseguirse con la correcta utilización de las líneas.
Como regla general, una línea vertical siempre adelgaza porque lleva la vista hacia arriba, dando la sensación de mayor altura. Sin embargo, cuando estas líneas verticales se repiten a intervalos regulares a lo ancho de toda la prenda la ilusión de longitud se diluye debido a que la vista del observador debe también desplazarse lateralmente para seguir la sucesión. Faldas plisadas, tableadas, doble hilera de botones, son algunos ejemplos de líneas verticales en el vestuario.
La línea horizontal engorda y ensancha en especial cuando se emplean de a pares, debido a que lleva la vista de un lado a otro del cuerpo. Sin embargo una sola colocada por encima o por debajo de la cintura tiende a estilizar la figura. El corte imperio es un buen ejemplo de ello, ya que tiende a alargar el tronco y por ende a estilizar la figura, si a esto le sumamos cortes verticales el efecto será aún mayor.
Es importante tener cuidado a quien va dirigido ya que si a esta línea horizontal le agregamos además un contraste de color salta a la vista y resalta aun más produciendo un efecto más pronunciado de amplitud, por lo que se recomienda evitar en las partes menos agraciadas. Una mujer de caderas anchas debe evitar el contraste en esa zona. Una de busto amplio no debe utilizar poleras con rayas horizontales múltiples y una de tipo bajo no debe acortar su estatura con líneas que dividan el cuerpo en dos.
Ciertas líneas horizontales son más o menos inevitables, el borde inferior de una blusa, pretinas y bastas producen líneas horizontales. Para desviar la atención de una línea horizontal caben diversos recursos, como equilibrar el efecto de esta con una línea vertical o utilizándola acompañada de una diagonal o curva.
Con respecto a ello, el efecto modificador de una línea diagonal u oblicua depende principalmente de la inclinación y longitud que tenga. Con poca longitud tiende a dirigir la atención de un lado a otro de la prenda dando un mayor volumen, mientras que en una diagonal prolongada, la mirada se desplaza como en una vertical lo que contribuye a aumentar la altura.
Por último, la curva es la línea más libre y dinámica de todas, puede estar perfectamente definida o ser absolutamente desordenada, independiente de su utilidad, visualmente cumple la misma función ilusoria que producen las líneas rectas aunque de forma más suave. Por otra parte contribuyen también a realzar las curvas femeninas, haciéndolas parecer más definidas. Con frecuencia una línea recta que podría resultar poco favorecedora para alguien, produce el efecto contrario convertida en curva, es así como un corte curvo en el delantero de una blusa o vestido acentuaría las formas de una persona poco voluptuosa produciendo una sensación más armónica que si utilizáramos sólo líneas horizontales o verticales.