viernes, 29 de junio de 2018

MI DIARIO DE SUEÑOS

Hace años atrás, tenía cuadernos donde escribía todos los sueños. Buenos, malos, inconclusos, repetitivos, intensos, estrambóticos, inconexos... ¡Bueno, cómo son los sueños! XD

Era bastante trabajo porque apenas despertaba, escribía todo lo que recordaba con detalles, colores, formas y a veces, era bien difícil traspasar al papel.

A medida que se transformó en un hábito, me fui acordando cada vez más de ellos y los escribía cada día.

Si me despertaba a media noche, pues los escribía en el celular o la tablet y luego los trasladaba a ese cuaderno que se llenó de historias.

Con el paso del tiempo, empecé a notar que ciertas cosas se repetían y a muchas de ellas nunca les encontré sentido o explicación... salvo dejarlas ahí guardadas, por si mi yo del futuro le interesaba leer o desechar.

Lo curioso de los sueños es que pueden olvidarse tan fácil, al poco rato, pero si los anotas y los relees al cabo de un tiempo, las imágenes pueden volver a la memoria como si estuvieran guardadas en algún rincón del cerebro, incluso haciendo rememorar sensaciones.

Desde el punto de vista creativo, los sueños pueden ser una valiosa fuente de inspiración, un medio de expresión o de resolución de problemas. Especialmente, de aquellas ideas porfiadas que se quedan atoradas sin poder concluir.


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