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| Ilustración de Elizabeth Jancewicz |
sábado, 8 de agosto de 2020
martes, 28 de julio de 2020
jueves, 4 de junio de 2020
Desafío Mascarilla
Algo que me costó mucho admitir durante estos meses de incertidumbre, fue que el uso de mascarillas se iba a transformar en parte de nuestro diario vivir.
Me resistí por meses a confeccionar algo decente que le calzara bien a mi rostro, siempre pensando que esto era algo pasajero y que no valía la pena el esfuerzo.
En Marzo, cuando todo esto partió y la mascarilla se transformó en un requisito para enfrentar la calle, agarré un par de telas bien feas y me puse en la tarea de cumplir con la norma. Fabriqué exactamente dos, nunca me calzaron bien pero con esas me he dado vuelta hasta ahora.
Hoy veo con otros ojos toda esta historia y tal como va la cosa parece que las veremos colgadas junto a nuestro lavado por mucho tiempo más.
En Internet, existe un número casi infinito de tutoriales que explican paso a paso cómo confeccionar una mascarilla con cualquier cosa que tengamos a mano... desde una polera hasta algo mucho más elaborado, con accesorios que impiden que se nos salgan las orejas.
Pero al igual que sucede con la ropa, si queremos llevar algo ceñido y que nos quede bien, definitivamente lo estándar no va a funcionar.
Este modelo es el que más se repite en la red, lleva una costura en el centro que le da el volumen a la zona de la nariz. En mi caso, cambié un poco las líneas, agrande las medidas y dejé recta la parte del mentón.
Mis observaciones:
– Una curva de ojos más pronunciada permite que la tela se apegue a la mejilla y nos deje ver mejor.
– Es importante que la zona donde van los elásticos sea lo más angosta posible. Un borde ancho, hace que al ajustar la cinta elástica a la oreja, la tela se abra.
Para darle firmeza y una capa extra de seguridad agregué un fusionado grueso y realicé muchos pespuntes para fijar. Esto me permitió jugar con los colores de hilo y dirección de los pespuntes.
También se puede utilizar fusionado delgado y ahorrarse el paso de los pespuntes. La tela queda más manejable y no cuesta nada darla vuelta por la abertura chiquita... es cosa de gustos.
Cosas que aprendí cosiendo mascarillas.
– Es bien difícil hacer que la mascarilla calce a la primera... a no ser que sea tela elasticada, pero ahí no se podría pegar entretela o fusionado que le da mayor protección y que al final es lo que importa.
– Si tienes la posibilidad de probar los elásticos antes de colocar el forro, siempre será mejor que trabajar al achunte.
– Una vez armado, planchar para asentar costuras y hacer un pespunte por todo el contorno, eso mantiene el forro en su lugar.
domingo, 3 de mayo de 2020
Manos y Aceite
Una cosa que hemos integrado a nuestras rutinas diarias en estos tiempos de pandemia es el alcohol gel. Lo utilizamos en todos lados... Al subirnos a una micro, metro o entrar a un local, ya sea por iniciativa propia o por requerimientos del guardia. Cada vez que ingresamos a un recinto nos "ungen" con ungüento desinfectante.
Incluso me ha pasado que si entro a cinco locales, los cinco me ponen alcohol gel en las manos... Aunque sólo haga una pregunta o no encuentre lo que busco. Al ingresar a la tienda siguiente, no me salvo del ritual.
Pero si me acaban de echar desinfectante recién... –pienso pero no lo digo–. Asumo nomás, agacho la cabeza y extiendo las manos como quien recibe agua bendita... Total más será mejor, o no??
Pero resulta que la utilización excesiva de desinfectantes puede generar más daños que beneficios en nuestras manos.
Cuando llego a casa después de un día de compras necesarias, no es que ande de vitrineo, las manos se sienten como lija y se enganchan en cuanta tela suave o lycra encuentran.
Esto sucede porque TANTA solución con alcohol, quita la grasitud natural de nuestra piel, elimina los bichitos buenos que nos protegen y deja nuestras manos expuestas a infecciones.
La forma que la piel nos demuestra que está maltrecha es con RESEQUEDAD, sentimos la palma áspera y rugosa. Si no hacemos nada, se agrieta o hiere... No hay que esperar hasta que la piel esté pidiendo agua a gritos para prestarle atención. Ahora más que nunca debemos HUMECTAR seguido con alguna crema de manos que sea de nuestro agrado.
Sin embargo, llega un punto que esto ya no es suficiente... y así fue como llegué a los aceites naturales.
Lo primero que hice fue echar ACEITE DE OLIVA a mi habitual crema de manos... No tiene que ser mucho porque si te pasas con el aceite la crema se separa. De todas formas siempre se puede arreglar, agregando más crema y revolviendo hasta que se vuelva a unir.
Lo otro que hay que considerar, es que esta mezcla dura sólo unos meses. Si agregas aceite a un pote ENORME de crema, se descompone y toma mal olor. Lo que significa perder crema y aceite de oliva que no es muuuuuy barato que digamos.
Al final, la mejor solución fue usar un pequeño frasco donde mantengo sólo aceite de oliva.
Como suelo tener la piel muy seca, cada vez que me lavo las manos me unto unas gotas y restriego bien hasta que la piel absorbe todo. Es increíble pero después de un rato no queda rastro de aceite y las manos se sienten muy suaves.
Si te molesta la sensación de grasitud, que es poca, friccionar las palmas con un papel absorbente ayuda. También podría ocuparse sólo de noche para que durante las horas de sueño las manos aprovechen de repararse. Si quieres aún más beneficios, aplica abundante aceite y ponte unos guantes de algodón antes de ir a dormir.
CONCLUSIÓN: Es lejos el aceite que más me gustó por ser práctico y accesible, lo compras en cualquier supermercado. Se incorpora fácil a cualquier crema y el resultado es inmediato.
El ACEITE DE ARGÁN es más conocido por hidratar el pelo que por su utilidad en cosmética. Lo venden en pequeños formatos y es algo costoso... aunque SÓLO se usan unas GOTAS y eso compensa su precio. Se absorbe muy rápido y no deja sensación pegajosa. Lo aplico de preferencia en la noche y hoy es más fácil encontrar en tiendas naturistas.
CONCLUSIÓN: Es un líquido liviano, fácil de manejar que deja las manos muy suaves. Su precio me aleja un poco pero tiene la gran ventaja de ser un producto fabricado con fines cosméticos y no estamos ocupando algo de la cocina para embetunarnos...
Otro que he usado bastante es el ACEITE DE COCO, es una pasta blanca que cambia de sólido a líquido con la temperatura y es harto más económico que el aceite de argán.
Si se mantiene en el refrigerador o en tiempos que hace frío se endurece mucho, por lo que prefiero mezclar con alguna crema base que usarlo directo sobre la piel.
Lo que yo hago es ENTIBIAR un poco el aceite hasta que se licúa, luego lo agrego directo a la crema y bato bien. La crema se torna más espesa pero no un ladrillo como el frasco de aceite de coco.
Ahora si tienes paciencia, puedes raspar la superficie con una cuchara y sacar unas virutas para aplicar en las manos... es cosa de gustos.
Te aconsejo comprar un frasco pequeño y no medio kilo porque una vez abierto, sobre todo en verano, dura máximo 4 meses antes de echarse a perder... y ahí tendrás que tirar el resto. No te recomiendo usarlo cuando está degradado porque pueden aparecer infecciones.
CONCLUSIÓN: Aunque es un aceite de aroma muy agradable, no sería muy útil para las manos porque cuesta que la piel lo absorba y andaríamos engrasando todo. Además en comparación con los otros aceites es más complicado de utilizar.
Incluso me ha pasado que si entro a cinco locales, los cinco me ponen alcohol gel en las manos... Aunque sólo haga una pregunta o no encuentre lo que busco. Al ingresar a la tienda siguiente, no me salvo del ritual.
Pero si me acaban de echar desinfectante recién... –pienso pero no lo digo–. Asumo nomás, agacho la cabeza y extiendo las manos como quien recibe agua bendita... Total más será mejor, o no??
Pero resulta que la utilización excesiva de desinfectantes puede generar más daños que beneficios en nuestras manos.
Cuando llego a casa después de un día de compras necesarias, no es que ande de vitrineo, las manos se sienten como lija y se enganchan en cuanta tela suave o lycra encuentran.
Esto sucede porque TANTA solución con alcohol, quita la grasitud natural de nuestra piel, elimina los bichitos buenos que nos protegen y deja nuestras manos expuestas a infecciones.
La forma que la piel nos demuestra que está maltrecha es con RESEQUEDAD, sentimos la palma áspera y rugosa. Si no hacemos nada, se agrieta o hiere... No hay que esperar hasta que la piel esté pidiendo agua a gritos para prestarle atención. Ahora más que nunca debemos HUMECTAR seguido con alguna crema de manos que sea de nuestro agrado.
Sin embargo, llega un punto que esto ya no es suficiente... y así fue como llegué a los aceites naturales.
Lo primero que hice fue echar ACEITE DE OLIVA a mi habitual crema de manos... No tiene que ser mucho porque si te pasas con el aceite la crema se separa. De todas formas siempre se puede arreglar, agregando más crema y revolviendo hasta que se vuelva a unir.
Lo otro que hay que considerar, es que esta mezcla dura sólo unos meses. Si agregas aceite a un pote ENORME de crema, se descompone y toma mal olor. Lo que significa perder crema y aceite de oliva que no es muuuuuy barato que digamos.
Al final, la mejor solución fue usar un pequeño frasco donde mantengo sólo aceite de oliva.
Como suelo tener la piel muy seca, cada vez que me lavo las manos me unto unas gotas y restriego bien hasta que la piel absorbe todo. Es increíble pero después de un rato no queda rastro de aceite y las manos se sienten muy suaves.
Si te molesta la sensación de grasitud, que es poca, friccionar las palmas con un papel absorbente ayuda. También podría ocuparse sólo de noche para que durante las horas de sueño las manos aprovechen de repararse. Si quieres aún más beneficios, aplica abundante aceite y ponte unos guantes de algodón antes de ir a dormir.
CONCLUSIÓN: Es lejos el aceite que más me gustó por ser práctico y accesible, lo compras en cualquier supermercado. Se incorpora fácil a cualquier crema y el resultado es inmediato.
El ACEITE DE ARGÁN es más conocido por hidratar el pelo que por su utilidad en cosmética. Lo venden en pequeños formatos y es algo costoso... aunque SÓLO se usan unas GOTAS y eso compensa su precio. Se absorbe muy rápido y no deja sensación pegajosa. Lo aplico de preferencia en la noche y hoy es más fácil encontrar en tiendas naturistas.
CONCLUSIÓN: Es un líquido liviano, fácil de manejar que deja las manos muy suaves. Su precio me aleja un poco pero tiene la gran ventaja de ser un producto fabricado con fines cosméticos y no estamos ocupando algo de la cocina para embetunarnos...

Otro que he usado bastante es el ACEITE DE COCO, es una pasta blanca que cambia de sólido a líquido con la temperatura y es harto más económico que el aceite de argán.
Si se mantiene en el refrigerador o en tiempos que hace frío se endurece mucho, por lo que prefiero mezclar con alguna crema base que usarlo directo sobre la piel.
Lo que yo hago es ENTIBIAR un poco el aceite hasta que se licúa, luego lo agrego directo a la crema y bato bien. La crema se torna más espesa pero no un ladrillo como el frasco de aceite de coco.
Ahora si tienes paciencia, puedes raspar la superficie con una cuchara y sacar unas virutas para aplicar en las manos... es cosa de gustos.
Te aconsejo comprar un frasco pequeño y no medio kilo porque una vez abierto, sobre todo en verano, dura máximo 4 meses antes de echarse a perder... y ahí tendrás que tirar el resto. No te recomiendo usarlo cuando está degradado porque pueden aparecer infecciones.
CONCLUSIÓN: Aunque es un aceite de aroma muy agradable, no sería muy útil para las manos porque cuesta que la piel lo absorba y andaríamos engrasando todo. Además en comparación con los otros aceites es más complicado de utilizar.
sábado, 25 de abril de 2020
sábado, 14 de marzo de 2020
MI EXPERIENCIA ESCAR-T
Quedé tan intrigada con el resultado de la crema cicatrizante con Centella Asiática, que me propuse buscar una alternativa que fuera más económica y por sobre todo, en un formato más grande... dado que la “pistucia” que me recetaron, por más que fuera apretada con el uso, hace rato que se terminó.
Mi investigación me llevó a Escar- T, una crema utilizada para el tratamiento de úlceras y heridas. Dentro de sus componentes contiene Extracto de Centella Asiática (Asiaticósidos y Geninas triterpénicas) y su valor, siendo busquilla $7200 pesos el tubo de 40 gr.
Al compararla con Madécassol, la gran gracia de Escar- T es que puedes echarte con ganas sin temor a que se acabe... aunque para mi gusto el resultado fue bastante MODERADO. Luego de un mes, la piel lucía algo más pareja pero se resecaba demasiado. Creo que en ese sentido Madécassol era mejor, me echaba menos y vi resultados más rápidos.
En cuanto a espinillas o granos no les hizo ni cosquillas, tampoco borró arrugas, poros dilatados o manchas.
Lo otro que podría decir es que Escar- T contiene más excipientes que la otra crema, como más alcoholes y parabénos (Metilparabeno, Propilparabeno) Ahí, también gana puntos Madécassol que no señala nada de eso... (solo aceites esenciales, Palmitoestearato de etilenglicol y propilenglicol, este último ayuda a retener humedad).
Al parecer, los parabénos son conservantes de bajo costo, muy utilizados en cosmética para que el “linimento” no se degrade o le entren bacterias... Es así, como tu crema favorita puede durar años en la repisa del baño, sin que le entre ni una mosca.
Muchos organismos lo tienen en la mira, porque dicen que su uso prolongado podría ser tóxico para el ser humano, provocando diversas enfermedades... desde hormonales hasta cáncer. Pero lo cierto, es que aún los expertos no se ponen de acuerdo si es dañino o no.
Algunos laboratorios han preferido eliminarlo de sus compuestos a modo de prevención, con la premisa de “si es potencialmente dañino es mejor no usar”. Por eso hoy en día, ciertas marcas cosméticas gritan a los cuatro vientos que sus productos son “libres de parabénos”, subrayándolo con letras rojas y luces de color... pero esta cualidad, también los hace más costosos.
Pagamos por una supuesta seguridad, siendo que llevamos AÑOS echándole TODO tipo de QUÍMICOS a nuestra humanidad... Da para pensar QUIEN se favorece con todo esto.
CONCLUSIÓN: Personalmente, NO usaría Escar- T para untarme la cara como una crema antiage PERMANENTE o para alisar imperfecciones. Contiene muchos excipientes, incluyendo parabénos que tienen mala reputación.
Si bien es cierto, cada producto que nos aplicamos a diario, como acondicionadores, pasta de dientes o jabones, contienen un bloque indescifrable de nombres complicados y letra ínfima que nadie se detiene a leer. Agregar tanto químico a nuestro rostro, SOLO con el afán de PREVENIR algo inexistente, tarde o temprano podría pasarnos la cuenta.
Mi investigación me llevó a Escar- T, una crema utilizada para el tratamiento de úlceras y heridas. Dentro de sus componentes contiene Extracto de Centella Asiática (Asiaticósidos y Geninas triterpénicas) y su valor, siendo busquilla $7200 pesos el tubo de 40 gr.
Al compararla con Madécassol, la gran gracia de Escar- T es que puedes echarte con ganas sin temor a que se acabe... aunque para mi gusto el resultado fue bastante MODERADO. Luego de un mes, la piel lucía algo más pareja pero se resecaba demasiado. Creo que en ese sentido Madécassol era mejor, me echaba menos y vi resultados más rápidos.
En cuanto a espinillas o granos no les hizo ni cosquillas, tampoco borró arrugas, poros dilatados o manchas.
Lo otro que podría decir es que Escar- T contiene más excipientes que la otra crema, como más alcoholes y parabénos (Metilparabeno, Propilparabeno) Ahí, también gana puntos Madécassol que no señala nada de eso... (solo aceites esenciales, Palmitoestearato de etilenglicol y propilenglicol, este último ayuda a retener humedad).
Al parecer, los parabénos son conservantes de bajo costo, muy utilizados en cosmética para que el “linimento” no se degrade o le entren bacterias... Es así, como tu crema favorita puede durar años en la repisa del baño, sin que le entre ni una mosca.
Muchos organismos lo tienen en la mira, porque dicen que su uso prolongado podría ser tóxico para el ser humano, provocando diversas enfermedades... desde hormonales hasta cáncer. Pero lo cierto, es que aún los expertos no se ponen de acuerdo si es dañino o no.
Algunos laboratorios han preferido eliminarlo de sus compuestos a modo de prevención, con la premisa de “si es potencialmente dañino es mejor no usar”. Por eso hoy en día, ciertas marcas cosméticas gritan a los cuatro vientos que sus productos son “libres de parabénos”, subrayándolo con letras rojas y luces de color... pero esta cualidad, también los hace más costosos.
CONCLUSIÓN: Personalmente, NO usaría Escar- T para untarme la cara como una crema antiage PERMANENTE o para alisar imperfecciones. Contiene muchos excipientes, incluyendo parabénos que tienen mala reputación.
Si bien es cierto, cada producto que nos aplicamos a diario, como acondicionadores, pasta de dientes o jabones, contienen un bloque indescifrable de nombres complicados y letra ínfima que nadie se detiene a leer. Agregar tanto químico a nuestro rostro, SOLO con el afán de PREVENIR algo inexistente, tarde o temprano podría pasarnos la cuenta.
domingo, 1 de marzo de 2020
COMO COSER CUELLOS DE RIB
En el mundo costuril, todos tienen sus propios métodos de costura que les funcionan y que han adaptado y pulido con los años. No creo que exista un método mejor que otro... imagino que esto depende de muchos factores, pero por sobre todo del gusto personal.
Esta técnica es la que MEJOR me RESULTA para coser Rib, sirve tanto para escotes, como para cinturas o terminaciones de mangas y pantalones. Consiste en dividir en cuartos, marcar con piquetes y luego hacer coincidir estos puntos... de este modo, me aseguro que siempre la pieza quede repartida de forma pareja al momento de coser.
En el mercado existe una gran variedad de Rib y dependerá de su grado de elasticidad, cómo lo adaptemos a nuestro escote.
Si no calculamos bien, lo que suele suceder es que la tela CEDA MUCHO y una vez cosido el cuello quede desbocado. Lo otro que puede pasar es que usemos una tela con poca elasticidad y el cuello resulte estrecho... pero esto ocurre más, cuando utilizamos otro tipo de telas elasticadas.
El Rib es un tipo de tela elaborada de forma tubular, es decir se teje en círculo. Hay máquinas especializadas para tejerla y de acuerdo a las especificaciones técnicas puede tener un acanalado 1/1, 2/2, etc. Esto quiere decir, que la máquina teje de manera minúscula un punto elástico similar al que hacemos a palillo, pero con hilos milimétricos y a la velocidad de la luz.
El resultado, son unas mangas eternas que luego se presentan en rollos en las tiendas de telas. El ancho de la manga puede variar entre 40 y 90 cm, más o menos... y tanto el revés como el derecho se ven igual. Otra forma de identificarlo es que al estirar el tejido, cede mucho a lo ancho mientras que a lo largo, cede muy poco o nada.
Para este proyecto utilice un Rib acanalado de 1/1, muy elástico y algo delgado.
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| Foto de Little Fabrics |
No hay que subestimar el Rib... Existe una gama tan amplia que nuestro resultado dependerá mucho de su calidad. Hay unos con más elastómeros, otros tienen más algodón. Algunos se destiñen y deforman al primer lavado mientras que otros son más resistentes que la polera, jeje!
Para prevenir accidentes, lo primero que hago es lavarlo... incluso con agua tibia si es necesario. Así, me aseguro que no destiñe, que no encoge y de paso le quito el polvo que siempre trae pegado en el doblez.
Una vez seco, está listo para comenzar a trabajar... =)
PROCEDIMIENTO DEL CUELLO:
1. Calcular el contorno de escote de la polera. Para eso junto los hombros y mido donde indica la imagen. Esa medida la multiplico por 2. En este caso fue 25 cm, lo que significa que el contorno total del escote es 50 cm.
2. Marcar centro espalda y centro delantero de la polera con piquetes.
3. Luego, con la tela de Rib al hilo, es decir con el acanalado en sentido vertical, cortar una tira de 40 x 7 cm. Esta medida la calculé de la siguiente manera:
– Para el ancho. Considerando que en los tejidos de punto, el CUELLO SIEMPRE debe ser MAS ANGOSTO que el ESCOTE. A los 50 cm anteriores le resté 10 cm. Esto dependerá mucho de cuan elástico sea tu rib. Si ves que cede demasiado, pueden ser 15 cm... No tengas miedo que el rectángulo se vea pequeño, esta tela estira mucho, sobre todo al contacto con calor.
– Para el alto. Decidí que el cuello se viera de 2,5 cm terminado, para ello multipliqué los 2,5 cm x 2 = 5 cm y agregue los centímetros de costura... pero esto es a gusto de cada uno.
4. Doblar la tira a lo largo como muestra la imagen y coser con overlock.
5. Dar vuelta la pieza y juntar por la mitad, marcando los cuartos con alfileres.
6. Finalmente, hacer coincidir las marcas, ubicando la costura del cuello en el centro espalda.
MIS RECOMENDACIONES PARA COSER:
– Cuando estés cosiendo con Overlock, estira el Rib más en el centro espalda y centro delantero, y afloja un poco en los hombros. De esta manera, al dejar más pliegues en los centros y menos en la línea de hombro, el cuello se apegará mejor al cuerpo y no se levantará.
– Si la polera y el cuello son de distinto color, como en este caso, te sugiero elegir los hilos a tono del Rib.
– Si decides agregar un pespunte al cuello para "asentarlo", ten en cuenta que con el uso, los hilos se cortarán. Te recomiendo mejor, agregar una cinta de refuerzo en la espalda... puede ser cinta espiga o cualquiera que tengas. Esto impide que el cuello se de vuelta o se desboque. Ademas, tapa la costura de la Overlock dando un mejor acabado.
PEGADO DE CINTA DE REFUERZO:
1. Cortar la cinta espiga de unos 25 cm de largo, quemar la punta, doblar hacia adentro y ubicar en la línea de hombro de la espalda.
2. Coser con puntada recta, tomando sólo la costura Overlock del cuello. Utiliza hilo del color de la cinta preferentemente.
3. Antes de llegar al otro hombro, cortar excedente de cinta, doblar punta hacia adentro y rematar. Ojo con pasarse de la línea de hombro.
4. Doblar cinta como indica la flecha y hacer una segunda costura, esta vez sobre la polera.
5. Si el cuello es de distinto color como en este caso, cambia el hilo del carrete al tono de la polera para que el pespunte no se note en la espalda y se vea más prolijo.
Para finalizar...
– Personalmente prefiero usar una cinta que no ceda, pero he visto por ahí que muchos utilizan un trozo de la misma tela de la polera... o una tira de jersey o modal que sea delgada, para poder doblar y ajustar. Aquí te dejo un tutorial que ocupa este tipo de cinta elástica.
– Otra cosa importante es utilizar aguja "punta bolita", cuando se cose tejido de punto. Para los pespuntes en máquina recta, uso 80/12 o 70/10 dependiendo del grosor de la tela. De esta forma me aseguro que la puntada no se saltará... sobre todo si la costura es en el sentido que el tejido estira.
jueves, 20 de febrero de 2020
jueves, 30 de enero de 2020
MI CITA CON PLAYMOBIL
Y por fin llegó el día del estreno en Chile de “Playmobil: La película”, y como wena fan no me la podía perder.
Confieso que cuando comenzaron los primeros acordes con una chiquilla de pelo colorido cantando a la alegría de vivir... Pensé en un gran: OH, OH, esto no va bien!!
...Ya me imaginaba hora y media de pomposas canciones “tipo Frozen”, amenazándome con que todo es posible...

Pero no, no me decepcionó...
Por supuesto, que es un cine orientado a un público infantil, no más de 8 diría yo... y quizás también a la curiosidad y nostalgia de aquellos fanáticos de estos juguetes.
El relato comienza cuando Marla persiguiendo a su hermano Charlie, termina en una especie de museo mágico, donde son transportados al universo Playmobil y transformados en figuritas.
Una personificación de la misma Marla y un Charlie–Vikingo con súper fuerza, son los protagonistas, que por esas cosas del destino, se pierden en este colorido mundo de criaturas prehistóricas, vaqueros y piratas.
Marla se introduce en la aventura de buscar a su hermano pequeño y en el camino se topa con todo tipo de personajes que le ayudan:
Del, un conductor de Food Truck, que aún no sabe que es un excelente cocinero, un agente súper secreto con demasiada vanidad y Robotriton, el adorable robot mitad Wall-e, mitad Arturito que se robó mi corazón.
Entre todos, intentan arrancar a Charly de las garras de “Maximus”, el líder romano medio trastornado de Constantinópolis.
Si eres amante de los “clicks” o tienes niños pequeños, de seguro esta película les encantará.
jueves, 23 de enero de 2020
Lo vi, lo probé… Centella Asiática
Todo comenzó con unos lunares en la cara y una crema cicatrizante que el Doc, me recetó luego de quemar con láser unos dudosos puntos de color.
–El sol está muy dañino –me dijo con cierta severidad–. Es necesario protegerse, no sólo en verano...
Una vez quitados los parches y con las heridas a medio cicatrizar, debía utilizar una crema con nombre comercial que contenía entre sus componentes Extracto de Centella Asiática (Asiaticósido, acido asiático y ácido madecásico). Era un tubo pequeño que me costó alrededor de $6000 pesos.
Debía aplicar un poco en cada herida, lo que me llevó a la siguiente pregunta: –Qué pasará, si me unto toda la cara mejor??? ...eeehh??

...y ahí comenzó mi fase de experimentación, todas las noches me eché esta crema, mezclada con un poco de agua para que cundiera. Esparcía bien por todo el rostro y dejaba que secara. Para que el experimento fuera legal no utilice otras cremas, salvo la leche de limpieza y en el día, bloqueador.
Lo primero que noté fue que la piel lucia cada vez más lisa, desaparecieron imperfecciones y granitos... No es que fuera el "milagro de la juventud eterna" pero la verdad, me asombro que un “remedio” fuera más rápido y efectivo que otros menjunjes especializados en belleza.
Ignoro si podrá utilizarse de manera continua. Quizás como tratamiento preventivo de vez en cuando... no me atrevería a aventurar, cada piel es un mundo. Por lo menos a mí, me dio buenos resultados.













