Un panorama imperdible este verano es Blow Up Experience. Un recorrido inmersivo y mulisensorial que fusiona arte y tecnología de forma divertida.
Cada experiencia es única y está pensada para ser vista a través del celular... o por lo menos esa es la impresión que me dio a mí.
Si apreciamos sólo con nuestros ojitos, son habitaciones con espejos y pelotas, bien fome a decir verdad. Mientras que si miramos desde la pantalla del móvil, todo cobra vida y se llena de figuras y colores.
Un nuevo formato que me pareció bien interesante. Hecho a la medida para quienes gustan de la “selfie” y de subir contenido a redes sociales.
Creo que esa es la gracia de esta muestra y lo que hizo que mi recorrido fuera tan especial.
Son alrededor de tres mil metros cuadrados que invitan a grandes y a chicos a entregarse a la aventura de jugar y divertirse como cabros chicos, jeje!
Todo comienza con una habitación llena de luces LED que caen desde el cielo, que me hizo recordar la “Sala de espejos del infinito" de Yayoi y de inmediato se transformó en una de mis favoritas. Con la diferencia, que acá todo era plateado, brillante y las esferas de luz, en lugar de parecer suspendidas en el espacio, podías seguir su recorrido.
Si te sentabas en el piso rodeada de esas cascadas multicolores y espejos que deforman siluetas, podías apreciar como la habitación iba cambiando y el juego de colores era una hermosa sensación.
Creo, este espacio es el único que asombra a simple vista por la enorme cantidad de luces que se multiplican en los espejos. Si deseaban impactar desde el inicio. Pues, lo consiguieron.
Era bonito sacar fotos directo a las luces o muchas selfies, mientras tu rostro y ropa se coloreaban y los espejos multiplicaban la sensación de expansión.
Por supuesto, además del celular, llevé mi Nikon. No siempre aterrizan exposiciones que inspiran y llaman tanto mi atención.
La siguiente sala fue otra de mis favoritas por los diseños y figuras que se formaban y dibujaban en las fotos al moverse alrededor.
El techo estaba lleno de balones inflados de color blanco, pero al jugar con la cámara y los reflejos, la habitación literalmente se derretía... XD
Otro espacio que me pareció curioso, fueron estos inflables puntiagudos que cambiaban de color. Fue difícil tomar una foto que mostrara realmente cómo eran sin distorsión.
El recorrido finaliza con una enorme piscina de pelotas donde durante 15 minutos puedes sumergirte y bucear en un mar de esferas diminutas. Requiere de un gran esfuerzo físico salir después. No sólo por lo divertido que es, sino porque una vez dentro, las pelotas te succionan y cuesta incorporarse. Creo que es el único momento donde uno se acuerda que ya no es una niña, jeje!
LO BUENO: La flexibilidad para que cada asistente vaya a su ritmo y saque todas las fotos que quiera.
LO MALO: Si llegas sin entrada deberás devolverte un buen tramo para encontrar la boletería. No está al lado de la puerta.
LO MEJOR: Disfrutar de un momento de diversión en completa libertad.
MIS CONSEJOS: No lleves mochila o bolsos grandes. No hay guardarropía y será una molestia andar acarreando peso. Limita los objetos de valor. En la piscina de pelotas se ha perdido de todo, incluso llaves de auto. Es mejor visitar la muestra en día de semana y en turnos de mañana. Aunque ya lleva más de un mes y la afluencia de público ha disminuido, ese horario te permitirá tomar fotos con holgura y jugar con los ángulos sin tanta gente alrededor.
La exposición se extendió hasta el 28 de febrero. Si tienes la oportunidad, no te la pierdas!
Cada experiencia es única y está pensada para ser vista a través del celular... o por lo menos esa es la impresión que me dio a mí.
Si apreciamos sólo con nuestros ojitos, son habitaciones con espejos y pelotas, bien fome a decir verdad. Mientras que si miramos desde la pantalla del móvil, todo cobra vida y se llena de figuras y colores.
Un nuevo formato que me pareció bien interesante. Hecho a la medida para quienes gustan de la “selfie” y de subir contenido a redes sociales.
Creo que esa es la gracia de esta muestra y lo que hizo que mi recorrido fuera tan especial.
Son alrededor de tres mil metros cuadrados que invitan a grandes y a chicos a entregarse a la aventura de jugar y divertirse como cabros chicos, jeje!
Todo comienza con una habitación llena de luces LED que caen desde el cielo, que me hizo recordar la “Sala de espejos del infinito" de Yayoi y de inmediato se transformó en una de mis favoritas. Con la diferencia, que acá todo era plateado, brillante y las esferas de luz, en lugar de parecer suspendidas en el espacio, podías seguir su recorrido.
Si te sentabas en el piso rodeada de esas cascadas multicolores y espejos que deforman siluetas, podías apreciar como la habitación iba cambiando y el juego de colores era una hermosa sensación.
Creo, este espacio es el único que asombra a simple vista por la enorme cantidad de luces que se multiplican en los espejos. Si deseaban impactar desde el inicio. Pues, lo consiguieron.
Era bonito sacar fotos directo a las luces o muchas selfies, mientras tu rostro y ropa se coloreaban y los espejos multiplicaban la sensación de expansión.
Por supuesto, además del celular, llevé mi Nikon. No siempre aterrizan exposiciones que inspiran y llaman tanto mi atención.
¡¡HOLA!! |
La siguiente sala fue otra de mis favoritas por los diseños y figuras que se formaban y dibujaban en las fotos al moverse alrededor.
El techo estaba lleno de balones inflados de color blanco, pero al jugar con la cámara y los reflejos, la habitación literalmente se derretía... XD
Otro espacio que me pareció curioso, fueron estos inflables puntiagudos que cambiaban de color. Fue difícil tomar una foto que mostrara realmente cómo eran sin distorsión.
El recorrido finaliza con una enorme piscina de pelotas donde durante 15 minutos puedes sumergirte y bucear en un mar de esferas diminutas. Requiere de un gran esfuerzo físico salir después. No sólo por lo divertido que es, sino porque una vez dentro, las pelotas te succionan y cuesta incorporarse. Creo que es el único momento donde uno se acuerda que ya no es una niña, jeje!
LO BUENO: La flexibilidad para que cada asistente vaya a su ritmo y saque todas las fotos que quiera.
LO MALO: Si llegas sin entrada deberás devolverte un buen tramo para encontrar la boletería. No está al lado de la puerta.
LO MEJOR: Disfrutar de un momento de diversión en completa libertad.
MIS CONSEJOS: No lleves mochila o bolsos grandes. No hay guardarropía y será una molestia andar acarreando peso. Limita los objetos de valor. En la piscina de pelotas se ha perdido de todo, incluso llaves de auto. Es mejor visitar la muestra en día de semana y en turnos de mañana. Aunque ya lleva más de un mes y la afluencia de público ha disminuido, ese horario te permitirá tomar fotos con holgura y jugar con los ángulos sin tanta gente alrededor.
La exposición se extendió hasta el 28 de febrero. Si tienes la oportunidad, no te la pierdas!
Si que tiene que ser divertido . Gracias por los consejos.
ResponderBorrarQue bonito todo seguro que fue una experiencia inolvidable. Besos
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