Pueden los gatos tener TOC??? Me pregunté un día en un arranque de iluminación infinita... y a decir verdad yo creo que sí. O por lo menos eso creo que tiene la gata de la vecina cuando sale al jardín.
–Maartiiitaaaaaa!!! Oigo gritar a la vecina cada vez que la cucha no aparece.
Pero Martita es una gata choriza y algo mal genio que le pega a todos los gatos del vecindario, siempre hace sus rondas por la pandereta a la espera de alguna victima a quien cascar.
Los gatos porfiados igual se acercan por un poco de atención. A cambio, ella los recibe siempre de la misma manera. Una larga mirada hasta que finalmente se escuchan los correteos y gritos de dolor de todos ellos.
A veces maúlla frustrada, cuando pasa mucho rato y no hay nadie dispuesto a ser golpeado. Martita es matona por naturaleza, eso nadie lo discute, pero lo que más me da risa es lo ordenada que es para hacer caca. Su familia humana no acostumbra ponerle una caja de arena, lo que obliga a la gata a salir en busca de un sitio más apropiado donde ir al baño.
Pero resulta que su ritual consiste en rastrear algún techo amigo donde dejar su huella gatuna, en perfecta simetría. Creo que si midiéramos con un escalímetro estarían a la misma altura, una plasta al lado de la otra, en un orden casi obseso... y como nadie se preocupa, ahí quedan hasta la siguiente vez, cuando vuelve a sacar su huincha de medir y a colocar su marca personal con increíble precisión.
No cabe duda que su cálculo es bueno, y como todo gato que se precie de tal, mira para atrás, echa una tierra imaginaria, huele un poco y se va contenta de haber cumplido su labor como corresponde.
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