No entiendo este país, por un lado te piden por medio de campañas publicas que seamos un Chile más transparente, no a la corrupción y esas cosas... y por otro, los organismos del estado, si no se están robando todo entre ellos, hacen lo menos posible por ayudar a que las cosas funcionen como corresponde.
Hace unos meses me instalé con un taller de diseño de vestuario y debido a que pienso comenzar a vender mis productos, pensé que ya era hora de regularizar mi situación comercial, empecé con todo mi optimismo y buena voluntad a realizar los trámites de iniciación de actividades. Hasta ahí todo bien, los problemas se presentaron al llegar a la oficina del SII de calle Alonso Ovalle, de partida te entregan un papel inteligible con terminología técnica que obvio, uno como ciudadano común no entiende, ni sabe por dónde empezar a llenar.
Al buscar información, los funcionarios en su sitial de poder te miran y te tratan como si fueras una retardada mental y te dan la menor información posible, nadie se molesta por ayudar, la ley del mínimo esfuerzo se respira por todos lados, todos los trabajadores mal humorados con cara de perro rabioso, y mucha gente sin saber qué hacer.
Ahí se me quito toda la gana de seguir con el tramite, no entiendo como ningún funcionario, que de partida está para atender e informar, va a tener un poco de misericordia para ayudar con disposición y buena gana a un público que no tiene por que saber cómo llenar un condenado papel.
Me da mucha pena que sigamos siendo el mismo país burocrático de siempre y sin empatía por el prójimo, creo que es bueno que se intente educar a la población con campañas publicitarias que lo incentiven a uno a trabajar bajo el amparo de la ley, pero para eso es necesario ayudar a las personas emprendedoras a que lo hagan realidad, si consideramos que el gran porcentaje de empresas existentes en nuestro país son pequeñas y medianas empresas, porque entonces cerrarle las puertas a toda persona que quiera surgir haciéndole la vida difícil, creo que así no llegaremos a ningún lado y menos aún progresamos como país.
Hace unos meses me instalé con un taller de diseño de vestuario y debido a que pienso comenzar a vender mis productos, pensé que ya era hora de regularizar mi situación comercial, empecé con todo mi optimismo y buena voluntad a realizar los trámites de iniciación de actividades. Hasta ahí todo bien, los problemas se presentaron al llegar a la oficina del SII de calle Alonso Ovalle, de partida te entregan un papel inteligible con terminología técnica que obvio, uno como ciudadano común no entiende, ni sabe por dónde empezar a llenar.
Al buscar información, los funcionarios en su sitial de poder te miran y te tratan como si fueras una retardada mental y te dan la menor información posible, nadie se molesta por ayudar, la ley del mínimo esfuerzo se respira por todos lados, todos los trabajadores mal humorados con cara de perro rabioso, y mucha gente sin saber qué hacer.
Ahí se me quito toda la gana de seguir con el tramite, no entiendo como ningún funcionario, que de partida está para atender e informar, va a tener un poco de misericordia para ayudar con disposición y buena gana a un público que no tiene por que saber cómo llenar un condenado papel.
Me da mucha pena que sigamos siendo el mismo país burocrático de siempre y sin empatía por el prójimo, creo que es bueno que se intente educar a la población con campañas publicitarias que lo incentiven a uno a trabajar bajo el amparo de la ley, pero para eso es necesario ayudar a las personas emprendedoras a que lo hagan realidad, si consideramos que el gran porcentaje de empresas existentes en nuestro país son pequeñas y medianas empresas, porque entonces cerrarle las puertas a toda persona que quiera surgir haciéndole la vida difícil, creo que así no llegaremos a ningún lado y menos aún progresamos como país.
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