sábado, 25 de abril de 2009

Normalización de las tallas

A lo largo de la historia, el vestuario ha sido una parte fundamental dentro de la cultura del ser humano. Probablemente comenzó como una necesidad vital de protegerse o adaptarse al medio ambiente, pero más tarde fue un factor determinante que le permitiría diferenciarse e identificarse con un determinado grupo, reflejar el nivel social, las costumbres, culturas y formas de vida de los pueblos. Hoy en día, la invención de nuevos materiales y tecnología ha hecho que la moda tome un sentido más práctico, enfocándose en una mayor comodidad y utilidad.

La Industrialización produjo una serie de rápidos avances y facilitó la fabricación del vestuario en general. La ropa a la medida confeccionada por sastres y modistas en la antigüedad quedo relegada al uso exclusivo y su fabricación comenzó a estandarizarse. Debido al invento de las fibras sintéticas, las telas se hicieron más accesibles y la producción en serie de la moda se extendió a todas las clases sociales permitiendo confeccionar la ropa a gran escala.

La eficiencia y rapidez del proceso trajo por consiguiente que la ropa se estandarizara y masificara a tal extremo que hoy en día nos encontramos con tiendas que venden casi los mismos productos y que además estos son creados para personas con cuerpos perfectos que no representan la diversidad de la población presente en el mercado.

Según las estadísticas, el 42% de las personas jamás puede encontrar ropa a su medida, el problema es que no existe un cuerpo igual a otro y menos aún al biotipo ideal que diseñadores y empresas esperan vestir. Estos, imponen un tipo de modelo extremadamente delgado e intentan hacernos creer que esa es la proporción ideal a la que debemos llegar. Además la industria cree que una persona que se encuentra dentro de los estándares establecidos debe tener por lógica toda su estructura bajo la misma proporción. Es decir, una mujer que mide 1,60 de estatura debe por lo tanto calzar zapatos diminutos, vestir pantalones mínimos y blusas o vestidos con ínfimas proporciones, cuando la realidad no es tan así.

Por lo general, y creo hablar por muchas, comprar una prenda es TODO un tema si no se cumple con esta condición, sin mencionar la lencería que ya es otro cuento... luego de buscar durante horas un sweater que nos acomode, resulta que este nos queda muy bien en la cintura pero las mangas cuelgan hasta las rodillas o por el contrario, una persona delgada que de acuerdo al estándar establecido correspondería a una “Talla-Small”, si posee talle y brazos muy largos jamás encontrará un sweater, blusa o polera adecuados a su tamaño.

En la actualidad, la industria de la moda está consciente de la necesidad de adecuar la ropa a la realidad de las medidas de los consumidores y de a poco lo están haciendo, incorporando más tallas. Sin embargo, esto no es suficiente.. a nivel internacional, desde hace tiempo que se habla de la necesidad de uniformar y normalizar el tallaje de las prendas, como una forma de solucionar además otro punto importante: la diversidad de tamaños existentes en el mercado SOLO para una MISMA talla. Esto implica por ejemplo, que exista en el mercado muchas tallas S, unas más grandes, otras más pequeñas... según quien sea el que las fabrique. El tema ha estado en constante discusión en los últimos años, pero lo cierto es que aún no hay una legislación al respecto, ni existe un ente oficial que regule esta estandarización internacional.

Gatito