En esta época de compras y efervescencia navideñas es cuando más nos acordamos del trabajo artesanal, escuchamos sobre ferias, comercio justo y handmade.
Pero un artesano es un creativo que vive los 365 días del año en torno a su actividad... es su pasión, lo que ama hacer. Su cabeza está en constante movimiento creando, desarrollando nuevas ideas, emocionándose con esos proyectos venideros que siempre están empujando por salir.
Un artesano no solo se queda en el mundo de las ideas, también es un pequeño productor y un empresario que busca redes de contactos, apoyo monetario y por sobre todo TIEMPO para poder llevar a cabo todo eso que tiene en mente... que se le ocurre y desea fabricar.
Un artesano siempre está dispuesto a experimentar... ir un paso más allá, buscar nuevas técnicas... jamás se cansa de hacer innumerables pruebas hasta dar con la fórmula ideal, porque muchas veces UNA SOLA artesanía llevará HORAS de ardua labor para que quede bonita, para que luzca de la mejor forma posible.
Un artesano siempre se desvivirá para que su trabajo sea de CALIDAD, con los mejores materiales, porque es su sello personal, es la forma que tiene de diferenciarse de los grandes retail, de defenderse de la fabricación en serie y de competir con los precios bajos.
Ahora más que nunca se necesita concientizar sobre qué significa para un artesano ser apoyado por un público generoso que valore su dedicación, su esfuerzo y no mire a huevo días, meses y hasta años de constancia y aprendizaje.
Cada vez que compras a un artesano no solo compras su trabajo, apoyas que él siga haciendo lo que más le gusta, que es CREAR.
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